En un ambiente cargado de alegría y tradiciones, la comunidad de La Desembocada vivió una jornada inolvidable con la celebración de la tradicional Rosca de Reyes. Este evento, que reunió a familias de diversas comunidades rurales del municipio, fue posible gracias a la iniciativa del gobierno local, encabezado por el representante social, David de la Rosa Flores.
El alcalde Luis Alberto Michel Rodríguez, junto con su esposa, María de Jesús López Delgado, presidenta del Sistema DIF Municipal, estuvieron presentes, compartiendo momentos de felicidad y unidad con los asistentes. La Desembocada, conocida por su espíritu comunitario, se vistió de fiesta para recibir a niñas, niños y sus familias, provenientes de lugares como El Cantón, Santa Cruz de Quelitán y Tebelchía, entre otros.
La festividad estuvo marcada por la alegría de los más pequeños, quienes disfrutaron no solo de la deliciosa rosca, sino también de juguetes y regalos que les fueron entregados por los Reyes Magos. Este gesto simboliza la generosidad y el espíritu de dar, rememorando la visita de los Reyes Magos al niño Jesús. Los organizadores se esmeraron en recordar el significado histórico y cultural de esta tradición, que realza la importancia de la unión familiar y el compartir.
Además de la degustación de la rosca, se organizaron juegos y actividades que fortalecieron los lazos comunitarios y familiares. El alcalde Michel Rodríguez, en su intervención, enfatizó la importancia de mantener vivas estas tradiciones que fomentan la convivencia y los valores familiares. También deseó a todas las familias que sus propósitos para el nuevo año se cumplan y que sigan disfrutando de la temporada navideña.
Esta celebración no solo fue un acto de unión y alegría, sino también un reflejo del compromiso del gobierno municipal con sus habitantes, demostrando que las tradiciones y la cultura son pilares fundamentales en la construcción de una comunidad fuerte y unida. La Rosca de Reyes en La Desembocada se convirtió en un símbolo de esperanza y fraternidad, dejando una huella imborrable en el corazón de todos los asistentes.