El 8 de marzo de 2024, México se sumó a la conmemoración global del Día Internacional de la Mujer con eventos significativos en la Ciudad de México y Puerto Vallarta, reflejando el compromiso continuo del país con la lucha por la justicia de género y el fin de la violencia contra las mujeres.
En la Ciudad de México, miles se congregaron en el Zócalo para elevar sus voces en un acto de solidaridad y demanda por acciones efectivas contra la violencia de género. La marcha, caracterizada por su diversidad, incluyó la participación de mujeres de todas las edades, desde niñas hasta ancianas, manifestando su determinación y esperanza por un cambio real. Destacó la presencia del Bloque Negro, y a pesar de sus connotaciones usualmente asociadas con el vandalismo, el evento transcurrió sin incidentes significativos. Amnistía Internacional aprovechó la ocasión para denunciar la negligencia estatal ante los 3,775 asesinatos de mujeres registrados en 2022, exigiendo al Estado mexicano garantizar la seguridad y los derechos de las mujeres.
Paralelamente, en Puerto Vallarta, más de dos mil mujeres se unieron bajo el lema «¡Ni una más!» para protestar contra los feminicidios y la impunidad. Este acto no solo demostró la fuerza y unidad de las mujeres en la región sino también marcó un llamado a la acción contra la violencia de género, resonando con la urgencia de cambios en políticas públicas y la conciencia social.
Ambos eventos reflejaron un mensaje claro: la lucha contra la violencia de género y por la igualdad de derechos no conoce fronteras. Desde el Zócalo de la CDMX hasta las calles de Puerto Vallarta, las mujeres mexicanas y sus aliados demostraron una vez más su resiliencia y compromiso con la creación de una sociedad más justa y equitativa. A través de estas manifestaciones, México envía un mensaje al mundo sobre la importancia de la solidaridad, la acción colectiva y la necesidad imperante de escuchar y atender las demandas de las mujeres por un futuro libre de violencia.
La participación activa en estos eventos, junto con la cobertura mediática y el diálogo social que generan, son pasos cruciales hacia el reconocimiento y la solución de las problemáticas que enfrentan las mujeres en México y en todo el mundo. Estas manifestaciones no solo conmemoran a las víctimas de la violencia de género sino que también celebran el espíritu indomable de quienes continúan luchando por sus derechos y por una vida digna para todas.